“La novela en el tranvía”: los orígenes del realismo dinámico, crítico y cervantino de Galdós
VERBA HISPANICA XXVIII. 2020. págs. 117-131
… por mi insuficiencia y pocas letras y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme buscando autores que digan lo que yo me sé decir sin ellos… Miguel de Cervantes… si por una parte mi incapacidad crítica y mi instintivo despego de toda erudición me imposibilitan para explanar ante vosotros un asunto de puras letras, por otra, una ineludible ley de tradición y de costumbre ordena que estas páginas versen sobre la forma literaria que ha sido mi ocupación preferente, la novela…
Benito Pérez Galdós

Más allá de algunas estériles polémicas periodísticas, con motivo de su frustrado centenario; intercambios de egos literarios y mediáticos, o amagos irrelevantes e impresionistas, acerca del valor o no de la obra y de la figura de don Benito. Más allá de ese planteamiento mostrenco de la cuestión –si es bueno o malo; mejor o peor que este o que aquel, discusión obsoleta e inútil donde las haya–, partiremos aquí del análisis crítico, inevitablemente sucinto, de uno de sus relatos iniciales, “La novela en el tranvía”[1], el cuento de 35 páginas que el joven Galdós publica en La Ilustración, en 1871, a los 28 años; poniéndolo en relación con algunas de sus obras mayores y de su concepto mismo de la novela, para proponer un acercamiento reflexivo, no tanto desde el punto de vista de una estricta crítica universitaria, que no se pretende, sino, más bien, desde el punto de vista de este novelista, de este escritor, al menos, que ha reivindicado siempre el proyecto galdosiano de novelar el presente histórico como suyo propio y que «directa e indirectamente» comparte «las inquietudes y los anhelos» de nuestro escritor, tanto en el modo de observar de modo crítico –y satírico, a veces– «la sociedad contemporánea», con una intención y «un compromiso humanista e ilustrado para con ella», respondiendo humildemente a la convocatoria que la propia dirección de Verba Hispánica nos ha hecho para este número concreto de recuerdo y homenaje a don Benito el Garbancero (“¡Sí, y a mucha honra!…” Replicaríamos al alimón, mi maestro, Julio Rodríguez Puértolas, y yo, si pudiésemos coincidir, una vez más, para la ocasión, pues garbanzos era justamente lo que comía el pueblo, ya que no tenía otra cosa que llevarse a la boca).
[1] Todas las referencias al texto se harán a partir de la edición original digitalizada, localizable en la biblioteca virtual Cervantes Virtual: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-novela-en-el-tranvia–0/html/ffc17306-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html. Hay una edición moderna accesible también en: Benito Pérez Galdós, Cuentos Fantásticos. Madrid: Cátedra. 1997, p. 71-104.