Comunicación presentada en las jornadas la cultura II República. UAM. 2008
Las nubes; Ocnos: el exilio existencial de Luis Cernuda
La República y la cultura: paz, guerra y exilio / coord. por Julio Rodríguez Puértolas, 2009, ISBN 978-84-7090-486-8, págs. 713-722
El exilio (anterior al destierro) como destino –previsto– auto/impuesto
“Biografía espiritual”, llama Octavio Paz a la entera obra de Cernuda… Pero la biografía y la obra de un escritor no tienen por qué explicarse mutuamente; es más, a veces, saber demasiado de la primera –especialmente, si ésta se concibe en términos reductores– oscurece y desvirtúa la lectura de la segunda… Y el propio Luis Cernuda nos avisa:
… debo excusarme, al comenzar la historia del acontecer personal que se halla tras los versos de La Realidad y el Deseo, por tener que referir… /…las experiencias del poeta… /… no siempre será aparente la conexión entre unos y otras, y al lector corresponde establecerla, si cree que vale la pena y quiere tomarse la molestia…
Historia de un libro
Así, pues, si bien el carácter anónimo –o cuasi anónimo– de un texto o de una serie entera de textos no impide su correcta comprensión; por el contrario, quizás la facilite en muchas ocasiones; en este caso –y en algunos otros[1]: especialmente cuando los artistas asumen el prejuicio de la “sinceridad romántica”–, la obra de Luis Cernuda, auténtica “poesía de la experiencia”: en los términos en que Langbaum utilizó tal concepto para dar cuenta de la poesía europea, a partir del Romanticismo; aún, acaso, se entienda mejor incardinada en la peripecia vital de su autor[2]; pues en ella, en su origen de clase, en la educación recibida, así como en las afinidades y elecciones (si tales elecciones se dan realmente) estéticas e ideológicas, que el poeta hace, encontraremos la clave última de su radical “exilio existencial”, anterior al definitivo destierro[3].
[1] Como sucede, por ejemplo, con Miguel de Unamuno, otro caso emblemático –exiliado también, por muchos conceptos– de nuestra literatura del siglo XX, tal como señala Fernando Savater en su “Introducción” a El sentimiento trágico de la vida (Alianza Editorial, Madrid, 1997).
[2] La originalidad de la poesía de Luis Cernuda, para Gil de Biedma –introductor del concepto y conocedor de la obra del crítico norteamericano–, proviene precisamente de “la actitud o tesitura poética del autor, implícita en cada verso, en cada poema, que es radicalmente distinta de la de sus compañeros de promoción y no demasiado frecuente en la historia de la poesía española” (El pie de la letra. Ensayos 1955-1979, Barcelona, Crítica, 1980). Y del hecho de que, cuando Cernuda escribe sus poemas, “…como niño encerrado en cuarto oscuro, no habla consigo mismo, se habla a sí mismo…” (Gil de Biedma, J., Gil Albert, J., Villena, Luis A., Luis Cernuda, Universidad de Sevilla, 1977).
[3] Muy semejante a la condición “exiliada” –épico/trágica– del poeta, que Théodore de Banville expresa en el poema titulado “Baudelaire”, contenido en su libro Les Exilés, de 1867 [Oeuvres de Théodore de Banville en 9 vols, 1889-1892, édition Lemerre]
… L’homme moderne, usant sa bravoure stérile
En d’absurdes combats, plus durs que ceux d’Achille,
Et, fort de sa misère et de son désespoir,
Héros pensif, caché dans son mince habit noir,
S’abreuvant à longs traits de la douleur choisie,
Savourant lentement cette amère ambroisie,
Et gardant en son coeur, lutteur deshérité,
Le culte et le regret poignant de la beauté…
… Impuissante à créer l’oubli d’une minute,
Pâture du Désir, jouet du noir Remord
Et souffrant sans répit jusqu’à ce que la Mort…