Rebelión. Enero, 2007
Sumar y no restar (precipitadamente): la división de la izquierda y la pérdida de influencia política
Izquierda / Derecha
A la derecha, el único proyecto político se llama DINERO.
Asumido este principio fundacional
los que eventualmente se aproximen o participen en el proyecto
ya tienen claro de qué se trata,
por qué se está allí, etc.
Nadie se engaña
y todos saben a qué están jugando aunque el juego
se disfrace de patria, unidad, progreso, religión, familia, etc.
A la izquierda, el proyecto se llama IDEA.
Asumido este principio fundacional
lo que sigue es fragmentación, intolerancia, mesianismo…
Somos,
más que el fantasma de Marx
recorriendo Europa,
una suelta de vaquillas.
Antonio Orihuela, La ciudad de las croquetas congeladas. Ediciones Baile del Sol, 2006
Hace unos meses, recabando ideas, datos y puntos de vista que me permitiesen entender -y expresar- mejor cómo la división y atomización de la izquierda política influye -ha influido e influirá inevitablemente- en el proceso de alumbramiento y desarrollo de una alternativa al actual sistema de capitalismo global, basado en el expolio y la depredación generalizada, di -en estas mismas páginas- con la reproducción de dos textos extraordinariamente lúcidos, que, desde mi punto de vista, iluminan -y nos ayudan a enmarcar- algunos aspectos fundamentales de la cuestión.
Se trataba, en primer lugar, de ¿Por dónde pasa hoy la fidelidad al legado político de Castoriadis?, desarrollo escrito de la intervención que Amador Fernández-Savater hizo en la clausura del “Encuentro Castoriadis”, celebrado en Buenos Aires, en mayo de 2005, publicado originalmente en El Viejo Topo y reproducido en la edición de Rebelión.org del 10 de julio de 2006. Y del más breve, pero igualmente interesantísimo, artículo de Martín Echenbaum, titulado Apuntes sobre la izquierda, publicado el uno de octubre de 2006 (Rebelión.org/Agencia ConoSur)
Por eso, sirva como preámbulo el resumen de algunas de las ideas conductoras que llevan, por un lado, a Amador Fernández-Savater, y, por otro, a Martín Echenbaum, a plantearse una de las preguntas claves (el nudo gordiano, quizás: en mi opinión) que debería responderse (deberíamos respondernos) la izquierda europea y occidental, en estos momentos.