Tiananmen, de Ivo Maldonado
Casa Bukowski, Chile. 2020. 48 págs
Como afirma Juan Carlos Mestre en el bello prólogo de este libro, Ivo Maldonado ha hecho algo que, en efecto, está «lejos de todo modismo y habitado por una fulgurante presencia de signos, de nuevas semánticas que amplían los horizontes significativos del porvenir…» Y mira que era fácil caer en esa enorme cantidad de lugares comunes de las nuevas chineries y japoneries que nos amenazan, desde hace un tiempo, en cada esquina de la poesía “cateto-cosmopolita” que nos acecha en los recovecos más insospechados de los suplementos y de los saraos literarios de la pequeña clase media poética o en los más altos salones de la más refinada élite literario-mediática.

Chinerías o japonerías en las que jamás se encontrarían encabezando alguno de sus finísimos y exquisitos juegos de palabras, o de imágenes vagarosas y sutilísimas –imposible imaginárselo–, esta cita que encabeza justamente este poemario:
«Una revolución no es una cena, o escribir un ensayo, o pintar un cuadro, o hacer un bordado; no puede ser algo tan refinado, pausado y dulce, tan templado, amable, cortés, contenido y magnánimo. Una revolución es una insurrección, un acto mediante el cual una clase derroca a otra.»
Mao Zedong