Diagonal. Febrero, 2015

Cuestiones acerca de la pereza y la (ir)responsabilidad en la inteligencia de izquierda [1ª parte]

No hace mucho, por una sátira acerca de Juan Carlos I, el viejo rey, les señalaba (quizás de un modo injusto) a unos compañeros la pereza imaginativa de que adolece, a menudo, la izquierda, y cómo nos apalancamos en determinadas palabras, en determinados gestos y facilonas coletillas, y de ahí no nos sacan ni a palos (de realidad). Es lo que nos pasa con palabras como República, por ejemplo, o “cultura gratis para el pueblo” (meros significantes vacíos que cada uno llena con sus sueños o con futuras y presentes pesadillas); o lo que sucede con temas como el de las identidades transversales, ya sean nacionales (véase el caso de los distintos soberanismos), de género (la guerra declarada a las desinencias morfológicas, por ejemplo), o los hábitos culturales y las costumbres (como el tema de los toros, o la hiyab, sin ir más lejos).

Yo creo que ese perezoso apalancamiento en determinados tics ocurre porque, como se han perdido los nortes ideológicos y las metas prácticas han quedado borrosas y difuminadas en esta real y general resignación –más allá de imprevistos arreones y fugaces espasmos de “sentido completo”, como el del 15M o, ahora, Podemos–, se ha preferido, desde ese momento de la pérdida, dedicarnos a cuestiones particulares que concitan consenso y nos evitan conflictos, al tiempo que nos calman y justifican como gentes rebeldes con causa, pues quién no estará de acuerdo en salvar la vida de un pobre toro, o animar a la piratería informática, o denunciar el uso del hiyab –o apoyarlo, depende de los casos–; vindicar el uso de la ‘x’ o de la @, en vez de las detestadas oes y aes, sospechosas de pérfido sexismo, o luchar por nuevas fronteras nacionales, más claras y definidas que las actuales, ya casi difuminadas (con los nuestros dentro y los otros fuera, por supuesto).

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