El “trío de la bencina”, “nuestra cartera” y la muerte “accidental” de José Couso: respuesta a Hermann Tertsch
Hace unas semanas, a principios de agosto, tuve la ocasión de ver en CNN+ un debate sobre el asesinato de José Couso, en el que, frente a uno de los hermanos del periodista asesinado, intervenía, en calidad de defensor del ejército norteamericano, Hermann Tertsch; unos días más tarde, ordenando mi documentación acerca de la pujanza de la minoría hispana y de la lengua española en los Estados Unidos, mientras archivaba y releía algunos recortes recientes de prensa, me encontré casualmente con un artículo de opinión titulado Turistas del ideal (El País, 02/05/06), firmado por el siempre impecablemente atusado y repeinado ex-corresponsal; en él, nuestro amigo -esa extraña mezcla de lechuguino carpetovetónico y dandi mitteleuropeo- se despachaba catedral y resoluto, desde su púlpito universal -tan a gusto y tan encantado de conocerse a sí mismo como acostumbra, y con la misma suficiencia perdonainteligencias con la que contestaba al hermano de José Couso-, acerca del satánico brazo del -cito textualmente- trío de la bencina, Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales, claro (¿quiénes, si no?)
… Ayer, Evo Morales -escribe, airado, nuestro ínclito amigo- anunció la nacionalización de los hidrocarburos, lo que en sí no es ni bueno ni malo ni regular hasta que se expliquen sus consecuencias (faltaría más: se podría añadir) …Según Morales -continúa-, se reunieron “tres pueblos y tres generaciones de una misma revolución latinoamericana”. Se le olvidó a otro presente, un líder que combina las dos vertientes de un pasado siniestro, sórdido y fracasado con un futuro igual de prometedor, aunque quizás el bueno de Daniel Ortega tenga más dinero en efectivo esta vez (y parió la abuela, y ya son cuatro: que se decía en mi barrio antes de lo de la dichosa corrección política) …para pagar silencios, comprar lealtades y asustar a quienes no ofrecen lo uno ni venden lo otro…
Lo más asombroso no es la afirmación en sí misma, o que (tan preocupado y alarmado como está por la limpieza política en las repúblicas hermanas -hermanas, cuando nos conviene, se sobrentiende-, y por el pasado de sus líderes) se haya olvidado de Caballo Loco -alias Alán García-, o de la que le jugaron a Al Gore los hermanos -malasombra- Bush, o de la asonada parlamentaria del Madrid Autonómico (ese del ladrillo y de la recalificación fraudulenta; regido con mano tan discreta y firme por nuestra intelectual preferida); o del pozo sin fondo marbellí -y costero, en general-; o del aún recentísimo pucherazo de México… No, lo más asombroso es lo que viene a continuación (que transcribo literalmente)…
… EE UU es, no cabe duda, muy culpable de este grotesco espectáculo de La Habana, en el que un dictador senil es celebrado por un golpista fracasado y caudillo bufón cargado de petrodólares y un presidente boliviano, sindicalista cocalero (juraría que no sabe lo que significa), que recaba dinero del criollo caraqueño (y esto, tampoco) y policía política del gallego cubano (ni esto; porque, si sabe el significado de estas palabras, por la forma en que las arroja, además de un bobo estirado, es un bobo castizo y racista) para enfrentarse al previsible despertar (¿es que no han despertado ya, y ese es precisamente el problema?) de sus propios electores…