Diagonal. Mayo, 2011
Libia y Siria: ¿chusmas al servicio del Imperio? (izquierda, periodismo y pensamiento)
“La intervención de la OTAN y de las Naciones Unidas nunca es nuestra intervención, es la intervención del Imperio y de sus socios; y sus intereses no son los nuestros” ¿Eso es lo que queremos ver escrito y repetido en nuestros medios? Lo que ya sabemos de antemano y damos por sentado… ¿Es que acaso sólo queremos leer lo que nos confirme y reafirme en lo que ya pensamos o sentimos? ¿Qué sentido tiene entonces un periodismo crítico de izquierda? ¿Que nos dé sólo lo que ya sabemos o ya pensamos antes de leer o de escuchar y analizar lo que se nos propone? ¿Eso es lo que se espera de Diagonal? Esa es, me parece, una actitud propia de los hooligans que sólo quieren leer lo que les reafirme en sus pulsiones y prejuicios, de modo que unos leen el Marca y los otros el Mundo Deportivo; o de esos lectores y esas audiencias conservadoras, carcas y poltronas que sólo quieren ver reflejadas sus propias ideas en lo que escuchan o leen; por lo que jamás cambiarán el dial de Intereconomía o de la COPE, en un caso; o de la SER, en otro; o que no leerán más que El Mundo, en el primero de los casos, o Público y El País, en el otro… Si cuando compramos Diagonal esperamos lo mismo, la confirmación de lo que ya pensamos o decidimos que es la realidad, ¿dónde queda entonces el pensamiento crítico, la apuesta por el debate de ideas y la reflexión; el desafío de lo diferente, o el riesgo de pensar y cambiar de opinión?
La intención inicial de mi anterior artículo no era, pues, otra –como muchos de vosotros habéis entendido– que provocar la reflexión y el análisis, más allá de los automatismos ideológicos heredados de una realidad sólida y bipolar que ya no existe, respecto a realidades geopolíticas complejas y poliédricas, en un mundo definitivamente multipolar y tan fluido como el que vivimos. Por eso, si se lee con detenimiento el artículo en cuestión, se verá que no se afirma lo que, a primera vista, algunos creen que se afirma, o, al menos, no de la forma que estos creen que es afirmado.