Sin miedo a las palabras. Cuentos completos (1977-2017), de Dante Medina[1].
Las primeras palabras en torno a la publicación en dos volúmenes de los relatos completos del escritor de Jalisco, Dante Medina, deberían ir dirigidas a los responsables de la misma, a todas las personas que han hecho posible esta magna y cuidadísima edición, deSandra Ruiz Llamas, que, junto con el autor, ha hecho la labor de selección y organización del material, a José María de la Quintana, su editor.
Desde un puto de vista crítico y literario, lo primero que habría que decir es que todo en estos volúmenes nos lleva a su portada, que, a su vez nos lleva intencionadamente a los libros de caballería. No es en absoluto casual; pues todo, en estos relatos, nos lleva a un universo estrictamente barroco, en el uso formal del lenguaje, en la naturaleza expresionista del mismo, pero también en la naturaleza misma del universo narrado.
No es solo esa hibridación genérica, o esa experimentación estilística, o ese cinismo juguetón que señalan los prologuistas, al inicio del primer volumen de estos relatos completos; es, sobre todo, esa presencia insoslayable del trampantojo: de lo que es y no es, al mismo tiempo, en el amor, en el deseo, en los destinos de los personajes, en el manejo de sus emociones y en la sinuosidad de sus conductas y en el claroscuro de sus decisiones.

Un abordaje del cuento y del relato extenso, por otra parte, estrictamente moderno, por más que esté enraizado en la genuina tradición literaria hispánica, especialmente, en la tradición literaria mexicanay, como ve y quiere el propio Juan Rulfo, en la tradición latinoamericana, en sentido extenso; porque, aquí está, desde mi punto de vista, lo decisivo, que este abigarrado y contradictorio universo narrativo, en que vida y muerte se confunden, en que hermosura y fealdad, frustración y realización, o, dicho de otra forma, afirmación y negación de los deseos, se funden; o esta forma de llevar las palabras y las estructuras a sus extremos, de torsionarlas y tensarlas, no se entienden si no se tiene en cuenta su procedencia, México, pero un México que se trasciende en una experiencia y una aspiración cosmopolita innegable de su autor; como la España de Cervantes, en Don Quijote, mudada en genuina literatura, mediante el juego, se trasciende, por la experiencia y la aspiración del propio Cervantes, en modelo de realidad universal.
Si obviamos esta doble condición mexicana y cosmopolita de estos relatos, cada una de las coyunturas históricas a las cuales van respondiendo estos, a lo largo de esos cuarenta años censados; si olvidamos que todo texto es siempre una respuesta, por activa o por pasiva, al contexto/mundo en que se ha producido; si olvidamos algo tan importante y decisivo, como sucede tantas veces, hoy, con este modo de leer “globalizado” y uniforme, radicalmente deshistorizado, que es tan habitual en nuestro mundo de best-sellers y de relatos deglutidos y hechos pura papilla para lectores perezosos e infantilizados; si lo olvidamos, no entenderemos realmente lo que estos relatos son. Que vienen de una realidad que no tiene que ver exactamente con nuestra realidad, pero que, al mismo tiempo, es también nuestra realidad; de ahí, esa familiar estupefacción, o ese conocido desasosiego, ante el sinsentido de lo real cotidiano y de las palabras que lo nombran, o de la íntima violencia que lo constituye todo y que nos embarga.
Es, finalmente, esta exigencia al lector (sobre todo, al lector común) y esta rareza lo que me atrae, a mí personalmente, de la escritura de Dante Medina y lo que, en cierto modo paradójico, creo, acerca nuestras escrituras.
Me encanta la escritura exigente y rara (cómo me encanta ese neologismo de “hirostias” por historias), concebida para lectores adultos, con buena dentadura y dispuestos a darse un festín de buena literatura (que no tengan miedo ni al “indio mexicano”, ni al “quehacer artístico”…) Tal vez, por eso, estos volúmenes están dispuestos así, de tal modo que, para ser degustados, conviene agenciarse un buen sofá, o una buena mesa de café, en silencio y serena calma.
Y, así, concentrados y atentos, entenderemos, finalmente, el porqué de su título: SIN MIEDO A LAS PALABRAS.
[1] Estas palabras fueron pronunciadas por el autor de las mismas en el acto de presentación de los cuentos completos de Dante Medina en la librería Juan Rulfo de Madrid el miércoles 16 de mayo de 2018.